Cazadores de la Verdad Perdida

El tsunami de la información
Miércoles 15 de febrero de 2023. Miro los portales de noticias de los principales diarios de la Argentina. Internas políticas sobre las elecciones primarias y noticias que hablan sobre el político y sus opiniones. Noticias policiales trágicas. Aumentos de combustibles. Descripciones vagas sobre lo que pasa con la inflación. Piquetes. Deportes. Noticias de espectáculos o chismes sobre la vida privada de personas de alguna fama o conocimiento público. Todo sazonado con adjetivos: "imparable"; "fuerte"; "sorpresa"; "duro"; "trágico"; "inesperado"; "urgente". También sustantivos de esos que alteran los nervios: "crisis"; "explosión"; "guerra"; "disputa". Sumemos noticias, artículos de opinión o entrevistas que ya en su título anticipan que una operación publicitaria para instalar agendas o personajes. Completando tenemos contenidos que nos presentan todo en modo potencial. "Podría"; "sancionaría"; "dictaría"; "presentaría".
Me pregunto si esto es un comportamiento local. Me interrogo: ¿Estoy atrapado en el sesgo de la famosa particularidad y especialidad argentina de asumir rápido que somos los peores (o los mejores) del Mundo?. Entro en portales de España. ¿Qué hay? Pues lo mismo, matizado por su localía. ¿No me creen? Hagan el ejercicio con el principal diario o portal de noticia que se les ocurra, a su gusto. ¿Particularidad hispanoamericana entonces? Vamos a los de Gran Bretaña. Igual. ¿Estados Unidos? También igual.
Viene a mi mente una explicación fácil del problema: la teoría conspirativa. Los medios de comunicación nos proveen esa mirada del Mundo porque les conviene. Es cómoda la idea, pero implica que no me hago cargo. Dejo fuera de la ecuación que somos nosotros, los consumidores de noticias, los que mostramos cuál es nuestra demanda de contenidos. Cada "click" en un título llamativo es una señal que revela lo que queremos consumir. Detrás de una práctica ancestral y tribal de compartir un cotilleo, o de la vocación de encontrar rápidamente sentido a las cosas les decimos a los medios y a nuestra comunidad qué queremos leer. O escuchar. O mirar. El diseño de Google News o Yahoo News es un claro ejemplo de nuestro rol en la selección de contenidos. Esas plataformas usan algoritmos para determinar qué noticias poner en sus portales con base en criterios que incluyen prominencia y personalización de acuerdo a nuestra interacción con ellas.
Para completar el cuadro de complejidad informativa, tenemos la abundancia de opciones y la proliferación de medios que potencia Internet (bienvenida, claro). Esta abundancia demanda un equilibrio. La mirada crítica de los primeros párrafos se centra en que amplifica o magnifica el estruendo de las noticias de impacto. Pero la abundancia nos provee de los medios que nos permite gestionarlo si le dedicamos la atención necesaria a la búsqueda, filtro y selección de contenidos relevantes. Para esto hay que tener a mano una distinción central: ¿qué es información y qué es ruido?
Discriminar Información y Ruido. El Rol de nuestro Círculo de Influencia
Información es toda noticia o dato que nos permite conocer algo, o ampliar nuestro conocimiento sobre ese algo, de forma relevante para nuestros intereses y los de nuestro círculo de influencia. El círculo de influencia es aquel espacio donde podemos actuar, o elegir no actuar, como participantes significativos. Donde podemos hacer la diferencia. Nosotros, nuestras familias, nuestras organizaciones, nuestra comunidad cercana, nuestro vecindario. Información es aquella noticia o dato que nos permite mejorar las condiciones de nuestro "círculo de influencia". Con información podemos prevenir escenarios complicados o resolver problemas presentes o futuros de nuestro círculo. Ella nos debe permitir reflexiones, análisis, una apreciación razonable de opciones y alternativas, poder elegir entre ellas y adoptar un curso de acción u omisión determinado. Tenemos, al fin, que poder aprender algo de todo ese proceso y repetir el ciclo de forma virtuosa todas las veces que sea necesario. Ruido, es todo lo demás.
La mayoría de los contenidos publicados en medios o portales masivos son ruido. Les pregunto: ¿qué noticia encuentran allí que los ayude a entender el Mundo en el que tienen que tomar decisiones y actuar de forma relevante? Arriesgo: ni una sola. Una simple mirada a los portales de noticias y tenemos que asumir que vivimos en un mundo en constante apocalipsis, caos y deterioro. Si suponemos que son el reflejo fiel del Mundo, tenemos que aceptar que vivimos en un constante capítulo de "The Walking Dead" o "The Last of Us". ¿Qué decisiones vamos a tomar si estamos informándonos de esa manera?
El ruido aturde, angustia, magnifica, acelera. Enmascara. Nuestra mente responde a ese estímulo. Salir del estado de supervivencia, indignación y enojo en el que el ruido nos introduce implica una disciplina que pocos tenemos. Esto tiene un precio en moneda cognitiva. Incorporar el ruido de la noticia fatua a nuestras vidas es como consumir todos los días helado. Podemos adelgazar luego, pero va a costar una enormidad. Entonces, ¿qué hacemos?
La Agenda de los Medios de Comunicación. Redes sociales y el Medio sin Perspectiva. Nuestras Elecciones.
Primer paso del quehacer: entender el problema y hacernos cargo. Ser conscientes de la parte que nos corresponde en la agenda de los medios de comunicación. Reconocer que nuestras elecciones y preferencias definen el diseño del negocio de contenidos es central.
¿En los orígenes del periodismo era distinta la forma de generar y transmitir información? ¿Era diferente antes y la práctica de la noticia fatua y manipuladora es un signo de nuestros tiempos? En parte, porque nuestra época de redes e interconexión instantánea acelera la velocidad de transmisión. En nuestros inicios de vida en sociedad hay una conducta tribal espontánea, generada en milenios de vida comunitaria cerrada, que da lugar al chisme como categoría de noticia e información para la tribu. El cotilleo era el modo de poner en conocimiento de la comunidad las conductas impropias de algunos de sus miembros. También, el de legitimar las sanciones que se les querían imponer. Históricamente la información ya estaba atravesada por la agenda de quienes tenían poder para establecer los temas de conversación y intentar obtener un resultado determinado. El juicio y condena de muerte de Sócrates nace de una noticia furtiva sobre su comportamiento, que se encuadra luego como herejía.
La imprenta fue el primer modo de aceleración de contenidos y el elemento clave en la creación de publicaciones de amplia circulación. Con el advenimiento de las sociedades masivas nace el periodismo moderno, en el transcurso del siglo XIX. ¿Qué es lo que cambia hoy? Que el periodismo contemporáneo replica y multiplica las características nocivas de las noticias del pasado, sin ninguna de sus virtudes. Mi generación se formó con ciertas premisas compartidas, transmitidas desde el inicio de la democracia participativa y republicana: un ciudadano educado e informado es un buen ciudadano y un buen ciudadano es el pilar del buen funcionamiento de las instituciones de su sociedad. Con esas premisas buscamos en los grandes medios de comunicación la información que nos permita encarnar esa figura. Cada vez más, inútilmente.
La agenda de temas para publicar siempre fue una decisión editorial. Una sencilla inspección de los titulares de los diarios del pasado y veremos que los intereses de los dueños de los medios y de sus editores se hacían explícitos. Intentaban persuadirnos desde una perspectiva determinada. Ninguna noticia era neutral, pero invitaba al ejercicio de desentrañar qué había detrás de ella. Ese ejercicio era nuestro punto de partida de una evaluación más profunda, que sí podía aportarnos riqueza informativa. La proliferación de medios y la aparición de las redes sociales profundizó el sesgo hacia lo que genera audiencia, privilegiando lo que el "público quiere". Esto camufló la política editorial detrás de noticias que parecen "objetivas" pero que contienen una manipulación descarada. Ahora sin el coraje de antaño en donde el medio asumía sin ambages la perspectiva desde las que las genera.
La clave de los buenos atributos del periodismo radicaba en que el medio asumía su perspectiva sin disfraces. Era clara, y nuestra, la decisión de qué era lo que íbamos a consumir. Por eso es que los líderes del pasado leían todos los diarios. No solo los que apoyaban su punto de vista. Todos. Hasta los que de su sola lectura irritaban lo más profundo de su fibra moral. ¿Por qué? Porque entendían que no había mejor modo de comprender un poco el Mundo que desde una multiplicidad de perspectivas. ¿Era ésta su única fuente? Claro que no. Mantenían conversaciones con representantes de distintos sectores. Leían medios especializados. Diarios extranjeros. Diarios locales de menor tiraje. Libros, revistas, y todo aquel medio que fuera necesario. ¿Para qué? Para responder a una pregunta central: ¿qué necesito saber?
Conocer que quienes nos informan tienen su propia agenda y hacernos cargo de que eso es el primer paso para determinar a qué medios necesitamos acceder. Entender que esos mismos medios hoy edulcoran su perspectiva es igual de necesario. Así como sabemos qué ingredientes y qué tipo de comidas son saludables, también sabemos qué noticias y qué medios lo son. La diferencia con el pasado es que hoy el chef pretende ocultarnos el menú, además de sus recetas. Nuestra responsabilidad en elegir cómo y dónde informarnos -y sobre qué- ya no se puede delegar en la bondad de la perspectiva de la línea editorial de un medio. Nuestra información, en realidad, tampoco depende del trending topic del momento, ni de los programas de opinión, ni de los noticieros, ni de Elon Musk o Mark Zuckerberg. Solo de nuestras elecciones.
La Fragilidad del Conocimiento. La Noticia Fugaz
Miro portales de noticias de hace un año. Misma secuencia, diarios argentinos primero. El 15 de febrero de 2022 las noticias trataban sobre una catástrofe natural en Petrópolis (por altas lluvias), noticias políticas sobre declaraciones de ciertos funcionarios, algún que otro escándalo menor entre famosos, noticias deportivas, noticias policiales. Conflictos. Declaraciones rimbombantes. Futurología menor.
Los titulares del pasado desnudan que el impacto de las noticias es frágil y efímero, además de inútil. Si nuestro conocimiento en general es provisional, porque siempre pueden surgir nuevas ideas o técnicas que lo pongan en tela de juicio, el conocimiento de las novedades del día es directamente inexistente.
La combinación de fragilidad etérea de las noticias cotidianas y el ruido y disonancia cognitiva que genera su consumo nos impone establecer sistemas de filtro y selección y a desarrollar frecuentemente nuestra capacidad para hacerlo. Nuestra responsabilidad se compone de elegir bien. Ese es el primer paso de una estrategia informativa. Pero para poder ejercerla ante el bombardeo sistemático de algoritmos de perfecto diseño, y de medios de transmisión que expulsan noticias con una frecuencia de 24 horas los 7 días de la semana, nuestra voluntad no alcanza. Necesitamos un sistema. Ese es el segundo paso.
Sobrevivir en un Mundo Ruidoso: trucos y estrategias para mantener la claridad mental y diseñar sistemas eficaces de información
La mirada a sobrevuelo de las noticias cotidianas nos permite no quedarnos fuera de la conversación casual en la mesa familiar o en el encuentro de amigos. Poder opinar sobre qué pasó en tal o cual evento deportivo, el clima de las internas o declaraciones políticas del momento, las peleas públicas, la noticia policial indignante nos habilita conversaciones informales. Pero recopilar información para tomar decisiones es hacer otra cosa y tenemos que utilizar protectores en la forma de un sistema de búsqueda, selección y consumo. Les quiero compartir algunos atributos de ese sistema.
Las Preguntas. La Mirada del Investigador.
El ejercicio de preguntar es central. Este ejercicio constante permite discriminar ruido de información. ¿Para qué estoy consumiendo este contenido? ¿Qué necesito saber? ¿Cómo puedo saberlo con confianza en que la información es de calidad? ¿Dónde puedo ir a buscar información? ¿Qué me dice esta noticia y porqué me lo dice? ¿Qué perspectiva tiene la fuente a la que estoy recurriendo? ¿Cuán alineada está con lo que pienso? ¿Qué significa que consuma fuentes alineadas con mi cosmovisión? La actitud inquisitiva es la piedra fundacional en la creación de un sistema robusto de información. Crear un esquema de preguntas al estilo de listas de comprobación nos va a ayudar a generar el hábito de consumir nuestra información con los ojos de un investigador. De esa forma podremos pasarlas por el escrutinio necesario para llevarnos conocimiento valioso.
Una fantástica herramienta para ponerse en modo Sherlock Holmes es la técnica de los "5 Porqué" desarrollada por Sakichi Toyoda para Toyota. Cinco niveles de profundidad en cada pregunta y se nos abrirán con claridad los para qué, el qué y el por qué del contenido que estamos explorando. Luego van a emerger naturalmente nuestras verdaderas inquietudes y necesidades y si es útil la información que estamos procesando.
Veamos un caso concreto del preguntarse ¿Qué me cuenta esta noticia? Un consumo superficial del contenido visible y tomaremos al titular como un reflejo genuino del Mundo. Pero tomar la noticia como una herramienta de conocimiento demanda algo más: poder entender que la noticia no es un dato aislado sino que la noticia "cuenta" algo desde la perspectiva del medio y de su autor. Descifrar esa perspectiva es una parte fundamental del ejercicio de informarnos. El 4 de marzo de 2023 en los diarios y portales de noticias de Argentina se nos informaba que el Ministro de Economía Sergio Massa había anunciado en un desayuno de la Corporación Vitivinícola Argentina que iba a implementar medidas para un dólar diferencial. Los títulos expresaban que se "anunció un dólar vino" (Cronista Comercial) o que se "promete que arranca el dólar Malbec y pide algo a las bodegas" (Clarín). A simple vista la noticia nos informaba de algo que parece ser un hecho que prácticamente existe en el mundo: el "Dólar Malbec". Pero ¿era así? Preguntarse "¿Quién integra la COVIAR y cuáles son sus intereses?" o -dado que la medida se había anunciado para el 1 de abril- "¿Qué respuesta se espera de los agentes económicos al anunciarla con tanta anticipación?" o ¿Es razonable esa anticipación para la eficacia de la medida? nos puede abrir una gama de hipótesis y escenarios que ahonden en la posibilidad de capturar información para tomar decisiones . No es lo mismo imaginar que la noticia es una operación de prensa para generar expectativas pero que nunca va a existir ese "dólar malbec", que considerar con alguna probabilidad que va a existir y tomar decisiones en consecuencia. Hoy, 7 de abril de 2023, el Dólar Malbec brilla por su ausencia.
Explorando Horizontes: La Aventura de la Búsqueda Activa y Consciente para Ampliar Nuestras Perspectivas
Hacernos cargo de nuestra información implica actuar sobre nuestra decisión de búsqueda. Hacerse las preguntas correctas nos pone en camino. ¿Qué necesito saber? me indica el norte bajo una inquietud complementaria: ¿Por qué? Saber algo para tomar decisiones, o para aprender, o hacerlo para resolver un problema son dimensiones muy distintas de búsqueda. La reflexión atenta y cuidadosa nos va a marcar el sendero de lo que necesitamos, como plataforma de una búsqueda activa y consciente de información.
Pero a veces no tenemos claro qué necesitamos. Lo que queremos es simplemente explorar. Sin objetivo previo, solo ver que surge del paseo. Apostando a que de ese proceso se revelen conocimientos que nos conduzcan a nuevas oportunidades y territorios. La famosa serendipia. Para que fluya tenemos que hacernos otra pregunta: ¿donde obtengo información de calidad y cómo la obtengo? No hay una única respuesta sobre el donde, sí sobre el cómo: en la diversidad de medios y fuentes que nos permitan contar con diferentes perspectivas. La diversidad también disuelve un tipo de ruido: aquel que a través de las noticias robustece nuestro sesgo de confirmación. Porque bien ampliada desafía nuestros puntos de vista y nuestra cosmovisión.
¿Para qué estoy consumiendo este contenido? es otra de las indagaciones conscientes y activas. El mindfulness aplicado a la información nos aporta perspectiva sobre su utilidad y funciona como un primer tamiz de qué consumir y qué. Por lo menos si sabemos que estamos consumiendo noticias de tapa para hablar en la mesa familiar dimos un avance monumental porque será que elegimos hacerlo. Es como el "permitido" de la semana cuando tenemos una alimentación saludable y rigurosa. Sabemos que tiene un costo y decidimos correrlo.
Sigamos con la reflexión consciente del consumo. Nos preguntamos: ¿Para que sirve esto que estoy conociendo? Si la respuesta es solo para participar de una conversación casual y no es eso lo que queremos, la pérdida de tiempo se nos presenta en toda su amplitud. Peor aún, estamos contaminando nuestro punto de vista con ruido sin sentido. Por el contrario, si determinamos una utilidad específica podemos ahondar en sus niveles de profundidad y comprender mejor si es suficiente o necesitamos enriquecer más nuestras fuentes, agregando medios, proveedores y puntos de vista.
Llegamos a nuestra zona de confort: ¿esta noticia me da la razón? Cuando la respuesta es sistemáticamente sí, sin que incorporemos ninguna perspectiva complementaria o contradictoria, tienen que sonar todas nuestras alarmas de ruido. No somos el oráculo de la verdad, mal que nos pese. Si la noticia es música para nuestros oídos, tenemos que poner pausa y ver si el autor de la melodía no es nuestro sesgo de confirmación, siempre dispuesto a expresar que la realidad es lo que nosotros decimos que es. Expandir nuestro enfoque para incorporar puntos de vista diversos es clave para concluir que nos estamos informando razonablemente. Sin esa expansión no podremos saber que tendremos menor probabilidad de error al tomar una decisión que consideramos informada. Una nota de advertencia: para incorporar realmente distintas miradas tenemos que buscar las mejores. No la versión del hombre de paja que nos sentimos cómodos en refutar. Solo frente a la mejor versión de las perspectivas radicalmente distintas podemos reducir al mínimo el riesgo de que nuestra mirada esté errada. Porque la confrontamos y nuestra perspectiva salió airosa o porque salimos transformados de esa confrontación con una concepción superadora. Enfrentar la mejor versión de los argumentos que nos cuestionan es como enfrentar a un mejor jugador de en cualquier deporte: la condición inexcusable para mejorar.
Una pregunta final. ¿Qué información me abre mejores opciones y alternativas para el futuro? Incorporar una perspectiva de antifragilidad, en el sentido de informarnos tomando en cuenta el Contexto VICA (volátil, incierto, complejo y ambiguo) y asimilar conocimiento útil para navegar sus aguas debe ser en estos tiempos una costumbre ya tan arraigada como el hábito mas antiguo que tengamos.
El Uso del Modo Potencial: Alarma de Alta Intensidad
El modo potencial tiene que poner nuestras alarmas de ruido en modo de alta intensidad. El Ministro de Economía "implementaría". El Presidente "impulsaría". El Congreso "sancionaría". El modo potencial introduce inquietud, sin darnos información sobre cómo trabajar con ella. Muy probablemente tenga detrás una operación para instalar temas en la agenda pública que no coinciden con nuestros intereses como consumidores de noticias. Sí con los de los emisores y sus patrocinantes.
Un análisis de probabilidad de ocurrencia que nos indique factibilidad encuadra y contiene el ruido del modo potencial. Una revisión de los hechos concomitantes nos da el contexto de viabilidad. Ambas herramientas nos permiten determinar si esa noticia tiene algún valor para que podamos trabajar con ella como información. ¿Hay algún proyecto de ley en comisiones sobre lo que la noticia dice que el Presidente "impulsaría"? ¿Cómo es la relación de fuerzas en el Congreso? ¿Hay algún proyecto con dictamen en curso? ¿Está en la agenda de alguna sesión? ¿Las medidas que quiere adoptar el Ministro o las acciones que quiere encarar el Presidente son de su competencia directa y autónoma o debe coordinar o pedir autorización de otros? Poder pasar, desde lo filosófico, puede pasar cualquier cosa. El modo potencial tiene implícita esa premisa. Pero para nosotros, consumidores atentos de información, el paso siguiente es ponerlo en dimensiones de realidad y posibilidad de que suceda concretamente en nuestro Mundo.
El Pronóstico Nebuloso: brillantes juegos de disfraces
Tenemos claro que para participar de alguna forma del diseño nuestro futuro tenemos que conjeturar sobre él. Necesitamos imaginar escenarios y hacer especulaciones educadas sobre el porvenir para tomar decisiones. Es natural por lo tanto que estemos atentos a los que nos pueden aportar expertos en ciertos temas. Suponemos que economistas, politólogos, consultores, líderes de opinión nos van a dar una mejor mirada del futuro que la nuestra. Temo que en las noticias vamos a encontrar "expertos" pero en fuegos de artificio, sin ninguna responsabilidad sobre el resultado de sus predicciones. El experto en los medios busca impacto y notoriedad, no eficacia predictiva.
Este es el territorio del experto "hábil declarante". Genera titulares estrepitosos que no aportan información valiosa de ninguna naturaleza. Trae a nuestra mesa de consumo un fenomenal aturdimiento porque detrás de esas frases rimbombantes y declaraciones de impacto hay solo una opinión personal. Con la misma validez que una especulación nuestra. Si no me creen hagan el ejercicio de sumergirse en las declaraciones pasadas de economistas, líderes de opinión, médicos, politólogos, epidemiólogos. No hace falta irse muy atrás, vean apenas las del trimestre pasado sobre impacto de las medidas que quieran o sobre el desarrollo de los eventos que se les ocurran (por poner un caso, la guerra entre Rusia y Ucrania). Van a encontrarse con seguridad con el mismo resultado que graciosamente describe Philip Tetlock en su excelente libro "Superforecasting": que chimpancés jugando a los dardos, asumiendo que cada lugar de tiro da un posible pronóstico, tienen más eficacia que la de los mejores expertos en cualquier disciplina que se presentan en los medios públicos.
¿Cuáles son las señales de advertencia de que estamos ante un Pronóstico Nebuloso?
La falta de precisión para indicar las condiciones del escenario que se predice o los supuestos desde los cuales se parte para hacerlo.
El pronóstico certero y discreto. La afirmación de que "va a pasar esto con seguridad" es propia de un experto osado o irresponsable. Un futuro que por definición se mira en grados de probabilidad, magnificadas por el Contexto VICA, nos indica que cualquier pronóstico es un ejercicio de especulación y no una predicción de un adivino omnisciente.
La presencia de potenciales genéricos y abiertos ("la medida X podría producir el efecto Y") que no indica el proceso causal qué hay entre el juicio del experto y su predicción, ni expone al oyente o lector la cadena de razonamiento que lo explica.
Finalmente, el uso de adjetivos calificativos o de analogías simpáticas pero vagas que detrás de su potencia narrativa nos escamotean valor real predictivo. Esta combinación es fuerte indicador de inutilidad del pronóstico que se enmascara detrás de una narrativa contundente y atractiva.
Nuestra atención a estas señales detectará cuando un pronóstico es mero alboroto presto a excitar a nuestra mente de mono, propensa a explicaciones simples y a construir con facilidad una multiplicidad de escenarios angustiosos.
La narrativa de Éxito o Fracaso del Diario del Lunes.
Noticias de resultados. Historias de buenos "buenísimos" y malos "malísimos". De héroes y fracasados. Del exitoso al que hay admirar, y del derrotado al que hay que vilipendiar. También noticias de víctimas sometidas constantemente a circunstancias fuera de su capacidad de acción. Típicas noticias que podemos consumir como un buen libro de aventuras, o una película de acción, pero que rarísima vez aportan una apreciación profunda del proceso real que sucedió para llegar al resultado. No consideran que rol le cupo a la suerte, ni las circunstancias concomitantes. Tampoco cuentan la verdadera capacidad de agencia de los participantes, ya sea porque todo depende de ellos, o nada lo hace.
Muchos contenidos sobre medidas o eventos políticos y económicos, o sobre el devenir de empresas o negocios reflejan una narrativa propia de la literatura. Despejada la historia hollywoodense veremos que no hay un análisis o aporte real con el que podemos trabajar para tomar nuestras decisiones. Sin embargo, son populares. Las explicaciones sencillas atraen porque nos dan la falsa seguridad de que tenemos una brújula en el Mundo. Posiblemente fuera válido cuando ese mundo se limitaba a la sabana africana. De ninguna manera cuando se trata de este entramado de sistemas complejos que hoy nos rodea.
Tomemos una noticia contemporánea de ejemplo: el modo que se habla - y se habló- de las decisiones de Suecia de no implementar una cuarentena estricta en el momento de mayor intensidad del COVID-19. En pleno auge de la crisis se criticó seriamente la política sueca de tomar medidas menos restrictivas sobre la circulación de sus ciudadanos. Se habló de "fracaso" cuando llegaban las primeras cifras de muertes y contagios. Hoy la narrativa predominante es mas de "éxito". En un tema tan complejo la regla debe ser profundizar y contextualizar. En ningún caso hacer una extrapolación lineal de que Suecia era el modelo a seguir, ni tampoco de que Suecia era un riesgo para el mundo entero.
Una noticia que nos explica que pasó y porqué, a poca distancia del evento que comunica, es probable que esté construyendo una narrativa coherente solo con la perspectiva que da el resultado evidente de ese momento. Cuando esa perspectiva inmediata se aplica a cómo, cuándo y porqué se tomaron o no ciertas decisiones, podemos afirmar que esa noticia tranquiliza solo nuestra necesidad atávica de explicar un mundo incierto. Pero no que lo esté haciendo con eficacia, ni nos aporte valor informativo.
Las noticias de fábulas y novelas sobre el mundo nos proveen de dos poderosas ilusiones: la de conocimiento y la de control. Con la primera creemos que tenemos todo en claro, con la segunda, que nuestra capacidad de intervención es ilimitada. Por eso es que es fácil explicar que no se previno una crisis cuando ya conocemos su desenlace y por eso es que atribuimos culpas de forma inmoderada. Como ya conocemos todo lo que pasó, con ese conocimiento evaluamos las decisiones que se tomaron sin considerar que quien decidía no contaba con él. La búsqueda del culpable es ancestral, pero salvo para el castigo y la pena, es inútil para el futuro.
Nuestro deber es detectar esas relaciones causales simplificadas y hacernos las preguntas necesarias para discriminar la noticia que nos cuenta una epopeya de aquella que nos aporta información. Solo así tendremos datos que nos ayuden a extraer una enseñanza significativa de las experiencias pasadas, poder transformar nuestros sistemas y conductas y prepararnos mejor para las crisis por venir.
El Zeitgeist
Georg Wilhelm Friedrich Hegel fue un filósofo alemán que es aún hoy es preponderante en la filosofía occidental. Hegel acuñó el termino zeitgeist para referirse al espíritu, la cultura y las ideas que caracterizan una época determinada y que influyen en la forma en que las personas piensan, actúan y se relacionan entre sí.
Mirar las noticias con la perspectiva de comprender el zeitgeist de nuestro tiempo es un ejercicio valioso. Podremos entender la lógica de los contenidos populares con una incidencia importante en nuestras decisiones al comprender el contexto histórico y comunitario en el que estamos inmersos. Entender la influencia del "espíritu del tiempo" en el diseño y emisión de noticias nos abre la posibilidad de descifrar la agenda de nuestra sociedad de acuerdo a la mirada editorial que tienen los medios de comunicacion sobre ella. Decodificar con este punto de vista los temas, titulares y noticias del momento permite apreciar si la la información que reportan es útil para entender e interactuar mejor con nuestra comunidad. También nos permitirá comprender cuando es una mera expresión pasajera de un efímero tiempo presente que se va a disolver sin el más mínimo recuerdo concreto de que haya existido o importado.
Las noticias también reflejan los sistemas de conducta, incentivos y creencias de una sociedad. En algunos casos la noticia es la fuente del sesgo de confirmación de esa comunidad que se usa para ensordecer otros problemas que esa misma comunidad no quiere encarar. En Argentina pasamos sin solución de continuidad de ponderar los beneficios de una economía abierta "à la Menem" a ponderar los beneficios de una economía más cerrada "à la Kirchner". Nuestros diarios reflejaron esa preferencia comunitaria haciendo el pasaje sin mirar atrás y sin dejar la más mínima nota explicando las razones de esa contradicción.
La estrategia de mirar las noticias desde el zeitgeist se aplica tanto a una mirada panorámica de los titulares y contenidos como a la de profundidad de una noticia en particular. Los titulares nos van a dar la idea de los temas que presuntamente importan en esa comunidad. La forma en la que se trata una noticia, nos va a aportar la manera en que esa comunidad lo considera.
Precauciones sobre Fuentes: Calidad, Cantidad y Cercanía
La información ¿de donde proviene? ¿quién la transmite?. La reflexión sobre las fuentes de la información debe estar siempre a mano para preguntarnos sobre la validez de una noticia en particular. Esa fuente ¿es solo una o son varias?. En caso que sean varias ¿son diversas o son parte del mismo espacio de proveedores con similares pensamientos o intenciones?
Muchas veces un periodista debe preservar sus fuentes porque lo que cuentan es delicado. Funcionarios o empresarios de primera o segunda línea proveen datos o conocimiento de relevancia y en algunos casos solo lo pueden hacer de forma confidencial. Es comprensible en este escenario la reserva de fuentes por lo que la confiabilidad y veracidad de la información se apoya en la confiabilidad de su autor. Mas allá de lo confiable que nos parezca es nuestra responsabilidad buscar otras noticias o fuentes que respalden de forma directa o indirecta lo que sostiene en esos casos el autor. Solo así podremos formarnos una opinión más robusta sobre si estamos frente a contenido de calidad. No estamos cuestionando la confiabilidad o reputación del periodista porque mienta, sino solo porque reconocemos que es un ser humano falible, como cualquier otro.
Nuestros amigos; familia; entorno laboral; personas con las que compartimos actividades recreativas; las redes sociales, comunitarias o empresariales en las que participamos; nuestro propio ecosistema de trabajo son nuestras propias fuentes. En todos estos espacios podemos -y debemos- estar informándonos y es también fundamental moderar el impacto de esas comunicaciones como fuente de información. Porque nuestras relaciones y contactos pueden haber incorporado ruido y, con total confianza, transmitirlo como información.
Uno de los temas dominantes de nuestros tiempos es la reproducción indiscriminada de noticias falsas. Sucede porque esas noticias apoyan la cosmovisión de quién las comparte, que de inmediato las valida como información fiel. Elegir qué consumir y donde es una de las claves del acceso a buena información. El donde incluye a nuestras propias fuentes, con las que tenemos que hacer la misma selección para reconocerlas como fuentes fidedignas. Nuestra amistad no se va a resentir porque íntimamente no convalidemos a uno de nuestros amigos como fuente posible de información. El algoritmo de las redes sociales responde a aquello con lo que lo alimentamos. El algoritmo de nuestras relaciones también. Está en nosotros alimentarlos sanamente.
Nuestras redes y relaciones cercanas son un espacio seguro de chequeo de información que incorporamos por otras fuentes. La confianza que atraviesa nuestras relaciones garantiza buena fe y por eso podemos creer en la bondad de la información que se nos aportan. Pero no es solo eso, también nuestras fuentes tienen que usar estrategias y heurísticas para tamizar el ruido de la información. Mientras no lo hagan, nuestra escucha atenta de la información que nos proveen debe estar atravesada por la duda, por la indagación activa y por el chequeo de fuentes alternativas y complementarias.
La Indignación Inútil e Impotente
La noticia indignante es uno de los ejes de la comunicación de noticias desde tiempos inmemoriales. Delitos violentos, declaraciones altisonantes, peleas entre políticos o gente del espectáculo. Noticias de furia y pasión. Todo alboroto si hacer algo con eso está fuera de nuestro círculo de influencia. Estas noticias únicamente apuntan a nuestra emoción primitiva de sancionar las conductas que nuestra comunidad considera punibles. Responden de manera más remota al zeitgeist y nos dejan con un sabor amargo impotente. "¡Alguien debe hacer algo!". "¡Qué barbaridad!". "¿A vos te parece?".
Filtrar estos contenidos desde la premisa de nuestra capacidad de intervención es medular. La noticia que nos incomoda puede proporcionar información de un espacio de trabajo que no queremos reconocer y nos puede motivar a la acción. Tal vez sentirnos frágiles ante medidas cambiarias nos impulse a tomar medidas que hagan resilientes a nuestras organizaciones a modificaciones arbitrarias de la economía. Esa información nos sirve porque encarna el malestar como señal de que hay algo que no funciona y que debemos resolver. Cuando una noticia nos produce esa sensación hay que profundizar qué sucede en el detrás de la escena y seguramente encontraremos un espacio de trabajo e intervención valiosa. Cuando lo que produce es simplemente la exaltación vengativa de buscar culpables con narrativas causales simples, como quejarnos de que las modificaciones del régimen cambiario son indignantes y que así no se puede seguir, es seguro que no sirve para otra cosa que nutrir desasosiegos tribales sin enseñanza ni camino moral alguno.
¿Dato u Opinión?
Hay contenidos que se reconocen como opiniones desde sus primeras líneas. Cuando están explícitas, como en un editorial o la nota de un columnista destacado que nos transmite su parecer, no hay problemas. El núcleo del ruido es cuando se introduce información bajo la impronta de objetividad, por ejemplo científica, y apenas profundizamos vemos que no es mas que la opinión, mas o menos educada, o mas o menos de buena fe, de su autor.
Algunas veces esta situación de vender "gato por liebre" es producto del descuido. Todos podemos creer - creemos - que nuestra mirada del mundo es un dato. Que vemos "la realidad objetiva". Es un esfuerzo constante y consciente el de comprender que solo apreciamos -o inventamos- una porción de lo que realmente está pasando fuera de nuestra caja mental de herramientas.
Pero otras veces la solapada introducción de opiniones como una "descripción de la realidad" es una maniobra deliberada para cerrar el debate e instalar una agenda incuestionable. Aún ahora se debate sobre el efecto de las medidas que se adoptaron para lidiar con el COVID-19. Se controvierte aún hoy el impacto de la mayor o menor rigidez de los confinamientos y sobre los costos y beneficios que todavía se producen. Señales de que el tema era tan complejo como para ser prudentes y admitir miradas diversas, explorar enfoques diferentes y prestar una atención discriminada y prudente sobre el impacto local y global del virus y de las acciones para lidiar con él.
Gran parte de la comunidad científica tuvo un fuerte consenso en las medidas de confinamiento. Gran parte de nuestras sociedades, uno casi unánime de respetarlas. Las opiniones disidentes tuvieron el trato de la herejía. Pero, se dirá, "había datos". Las muertes, los contagios, la capacidad del sistema de salud eran elementos tangibles. Pero esto nos trae a otro epicentro de reflexión: los datos se seleccionan con un criterio. Detrás de cada dato hay un criterio subjetivo sobre su importancia relativa, que definió que esos, y no otros, eran los datos a seleccionar. Esclarecer cuál es ese criterio es basal para despejar el "canto de sirena" que trae el uso de la estadística cuando se la manipula para confirmar un punto de vista. Las decisiones adoptadas en emergencias siempre son sucias, apresuradas, costosas, especulativas. Eso no significa que la información deba presentarse de igual manera. Temas complejos requieren de información abierta y no de la repetición constante del mantra que sea popular en ese momento.
Nuestro propio criterio, establecer heurísticas y estrategias apropiadas para interpretar la información que se nos aporta y contar con acceso a fuentes claras, diversas y fidedignas de estadísticas son dispositivos para desarticular esta sutileza de presentación.
Con esta práctica podremos, también, estar pendientes de la relación probable entre los escenarios que se describan en un evento en contexto de una opinión catastrófica y su frecuencia y real importancia en nuestras vidas. La trágica caída de un avión será siempre tapa de un diario. Hasta hoy el avión es, simultáneamente, el medio de transporte mas seguro para viajar.
Hacernos Cargo. Nuestra Responsabilidad y el Infinito por Conocer
Somos responsables de lo que consumimos. Conocer las trampas de la información publicada nos permite ser una mejor opinión pública. Información de calidad se traduce en decisiones de calidad. Hasta aquí, "verdades de perogrullo" o, como se suele decir, "aforismos de sobrecitos de azúcar". Mi intención en este artículo fue explorar modos de transformar esas frases de diez mil metros de altura en acciones del primer metro cuadrado. Espero haberlo logrado.
Sobre todo porque debo agregar algo más: el espacio de búsqueda y posibilidades de conocimiento es infinito. Ahondar en lo que tenemos que saber es inabarcable. Es lo que se llama "un problema intratable" en la teoría de complejidad computacional porque no hay un algoritmo que podamos aplicar para agotar todas las opciones y alternativas disponibles. Nuestras salida es contar con buenas heurísticas. Con sanos criterios de búsqueda, selección y aplicación. Con dispositivos de interpretación y señales de alarma. Con, finalmente, una exploración desde una conducta constante de humildad epistemológica porque nuestra capacidad de estar en lo cierto es mucho menor que la capacidad de equivocarnos.